jueves, 8 de octubre de 2009

(...) (...) (...)

7.30 Suena el despertador, más bien el móvil, lo tengo configurado para que suene la misma canción que tengo para cuando me llaman, a ver si así al menos por curiosidad me levanto con ganas. Como me conozco, eso fue curioso las dos primeras veces, ahora solo se repite una y otra vez, y cansa, pero como mi móvil es de la generación nintendo se queda como está que bastante hace llamando.
8.00 Tras 30 minutos de inexplicables pensamientos me levanto como zombi al cuarto de baño y me lavo la faz con abundante agua fresca, sin escatimar que hay que animarse. Camino al cuarto, recupero las gafapasta después de haberlas arrojado la noche anterior contra el ordenador al acostarme, y voy hacia la cocina. Como no soy el primero en levantarme no hay leche fría. Maldigo en cuatro idiomas diferentes, cojo una leche a temperatura ambiente (en Sevilla es caliente) y me lleno la taza hasta arriba. Cojo el nesquik (que no cola-cao) y remuevo dos cucharadas y un tercio hasta que todo queda homogéneo. Cojo dos rebanadas de pan bimbo, miro que no estén verdes, y enciendo el tostador espero que salte. Cuando suena el primer aviso me doy cuenta de que no estaba enchufado, y es que el temporizador y las resistencias que hacen las tostadas funcionan por separado. A la segunda va la vencida. Un poco de foie gras o como se diga o un poco de paté de atún o mantequilla o lo que haya para untar de mala gana las tostás doblarlas y comerlas en breves instantes.
8.30 Me siento en la silla de mi cuarto y comienzo a estudiar.
12.00 Parada para tomar un zumo que no recomiendo por sus propiedades laxantes.
12.30 Me vuelvo a sentar en la silla de mi cuarto y retomo los estudios.
13.30 Hora de hacer la comida, algo sencillo y poco entretenido, para toda la familia. Poner la mesa darle de comer a la abuela y comer rápido para poder irme a las 14.30 para poder estar en la escuela a las 15.30 (Sí, una puta hora antes).
14.30 Cojo el autobús, y podría describir a las personas que lo pululan a estas horas. Señora insoportable de aspecto mezquino que le calienta la oreja a otra de igual tonelaje con tonterías acerca de su hijo el que seguramente sea un fracasado, la otra señora intenta hacerla ver que su hijo es más fracasado aún.
Jardineros, en verdad chicos y chicas de 19 a 24 años que han hecho un módulo de jardinería para poder ser alguien de provecho en esta vida, a buenas horas mangas verdes...
Chicas de 19 a 22 años pintadas como puertas, que te miran con condescendencia.
14.45 Llego a coger mi segundo autobús, como es un circular, tarda en pasar puede que 2 minutos o incluso 25, eso depende de como los incompetentes de la compañía de autobuses de esta ciudad hallan programado los cambios de turno de los conductores.
Por fin llega ese autobús, y hay algo de variedad, pero siempre encuentras a los incondicionales que están allí dando la cara dirigiéndose a sus trabajos y/o estudios.
15.30 Comienzan las clases, alguna bajada ocasional a por un batido de chocolate que evoca mi infancia de meriendas en el parque.
21.00 Terminan las clases, salgo del edificio y me dirijo a hacer mi ruta de autobuses. Aunque tuviese dinero para un coche no podría usarlo porque no tengo donde dejarlo a las nueve de la noche, y menos, dinero para comprar/alquilar una plaza de garaje.
21.45 Llego a casa, ducha cena y a dormir, nada de encender el ordenador, mi hermano que vive en el mismo cuarto que yo desde que lo conozco tiene que dormir en una cama que sale de debajo de la mía, y no puedo encender el ordenador porque necesita dormir, pero bueno para comprobar lo que ya sé, habrá tiempo hasta mañana.
Tardo unas 3 horas en dormirme todos los días, casi no hablo solo escucho música en los trayectos de autobús, y nada me impresiona ni me da ganas de despertar del estado catatónico en el que me encuentro. Intento cambiar de rutina, ya sea bebiendo Jägermeister hasta las 4 de la mañana por ahí o enviando mensajes pintorescos a gente que no conozco, pero esto parece el puto día de la marmota.
Echale más leña al fuego, que aún parece que pueda salir ardiendo.

3 comentarios:

César dijo...

ya echaba yo de menos algún post tuyo.
Eso sí, deberías sentirte afortunado de tener el transporte de Sevilla. Piensa que si vivieras en Madrid, la gente sería más pintoresca, los atascos más grandes, y la desesperación.....enorme!!!
Así me pase yo 6 años, auqnue por suerte tuve que estudiar menos que tu.

Cuidate tio

A dijo...

Definiticamente algunas peripecias parecieran no alimentarse de otra cosa que no sea de puntos suspensivos, sin embargo el tedio de uno a veces resulta la ganacia de otros, en este caso de los que leemos las bizarradas de este espacio.

Saludos Alejo.

aguaLuna* dijo...

Sabes que en esos días simples siempre hay sorpresitas, y momentos que nos hacen que, al acostarnos sonriamos ;)

Just do it, amigo!

 
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